Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Más información

Testimonio Pau Salazar | 19 años

Hola!

Soy Pau un estudiante de un Grado Superior de Higiene Bucodental en el INS La Ferreria. A principios de este año 2017, me dieron la oportunidad de apuntarme a un programa Erasmus, para ir a hacer la parte práctica del grado, la FCT.

Yo nunca había hecho algún tipo de Erasmus o intercambio, pero siempre me había interesado la idea y mis padres siempre me han incitado a intentarlo. Así que finalmente decidí apuntarme, y probar suerte. Tuve que elegir unos destinos, de los cuales escogí, en orden de prioridad: Inglaterra, Alemania y Italia. Y dar una serie de datos personales. Al tiempo de esto me llegó la información que tenia que hacer un examen escrito de idioma para comprobar el nivel (en mi caso inglés) y una entrevista personal, que también tenia una parte en inglés hablado.

Después de todo el proceso me dijeron que me iba de Erasmus a Malta, cosa que me alegró porque así podía
practicar inglés y es un sitio que nunca había visitado. Pero todo cambió de golpe y el destino final fue Italia. Esto me asustaba más porque yo no se hablar italiano y me daba más miedo por si no me saldrían las cosas bien.

Nunca tuvimos mucha información de ninguna clase; ni de la beca, ni de donde viviríamos durante los 2 meses que estaríamos en Italia, etc. Y la acabamos teniendo en la quedada que hicimos muchos de los estudiantes que íbamos de Erasmus, aunque solo cuatro días antes de marcharnos, nuestro destino: Forlì, Bolonia.

Llegamos a Forlì, una ciudad no demasiado bonita y nos separaron en tres residencias diferentes. Pensábamos que sería una residencia donde podríamos compartir nuestras vidas con otros estudiantes de otros países, pero no era así. La residencia era un tipo de residencia en el que parecía haber personas con no muchos recursos económicos, con familias, gente mayor, solteros... No nos hacía mucha gracia ya que no iba a ser lo mismo.

A los pocos días nos dijeron la empresa donde trabajaríamos: Studio dentistico Azzolina e Gozzi. En mi caso era una clínica dental. La visité y quedé realmente impresionado con lo que me encontré. Una sitio realmente moderno, con materiales con los que iba a aprender mucho. Y así fue, mi estadía allí fue increíble, aprendí un nuevo idioma, conocía a gente nueva cada día, los compañeros se comportaron de manera genial conmigo, tanto por la ayuda que me daban como por como me trataban. De esta parte estoy muy contento.

En general, he disfrutado mucho esta experiencia, aunque al principio fue duro el cambio a vivir independientemente. Por una banda, la parte profesional ha sido bastante efectiva ya que he podido estar presente en todo tipo de procedimientos en los que he visto como se preparan y como se efectúan, a parte de aprender de buenos profesionales, su forma de estar, el cuidado de la clínica, material, etc. En la parte personal, he conocido podido conocer a todo tipo de personas: jóvenes, estudiantes, gente mayor y extranjeros en el mismo país. Cada uno te puede enseñar algo y nosotros a cambio también. Es una vida muy diferente, no tienes a tus padres encima, tanto en la parte en la que te supervisan como en la que te hacen la comida día tras día. Ni tampoco a tu familia. Pero te creas tu propia familia con la gente con la que convives.

Es una experiencia que te hace crecer de todas las formas posibles.

Pau Salazar