Testimonio Tania Valencia | 19 años
Me tocó Italia, un pequeño pueblo llamado Ravenna donde estuve viviendo con dos compañeros de mi misma escuela, en un convento muy céntrico de Ravenna y a 20 minutos de la playa.
Llegamos al convento donde nos enseñaron las habitaciones, las partes comunes, etc, muy agradable y muy limpio todo. pasamos una semana completamente solos en el convento con toda la tranquilidad del mundo hasta que apareció una mujer (dueña del lugar) donde empezó a controlarlo todo de una manera no muy agradable y poco a poco empezaron pequeños problemas de comunicación por sus costumbres.
El jueves de la primera semana fui a la entrevista de la empresa, que por cierto estaba muy cerca de donde estaba alojada, a unos 15 minutos aproximadamente. mi primer día trabajando fue una locura, todos hablaban italiano excepto uno que hablaba un poco de español pero aun así fueron un colapso de palabras nuevas que me costaban asimilar. La empresa era bastante grande y me gustó bastante haber trabajado ahí, y la gente me ayudaba bastante.
A la hora de visitar sitios, el primer lugar fuimos a Rimini por la noche donde celebraban la “notte rosa” que se celebraba por toda la costa, había muchísima gente y me lo pase genial, se me hizo cansado la vuelta ya que llegamos a las 8 de la mañana. Otro fin de semana fuimos a ver Florencia con otros de nuestro grupo de Erasmus con una agencia de turismo gracias al Erasmus. Florencia era muy bonita, pequeña y con mucho turismo, algo que no me gusto bastante, ya que agobiaba por la calor. También fuimos por nuestra cuenta a visitas Venecia, una ciudad preciosa a la que me iría a vivir sin duda. Por ultimo fuimos a Bolonia que no me gusto nada, era muy aburrida.
Esta experiencia me ha ayudado a crecer bastante como persona a querer ayudar a otros extranjeros si los encuentro en una situación similar, porque se lo mal que se pasa en algunas situaciones.