Testimonio Fernando Barreno | 21 años

Mi experiencia en el extranjero no podia haber sido mejor. He vivido de todo, Buenos y malos momentos pero éstos últimos han sido tan insignificantes que quedan totalmente arrollados por toda la felicidad y bienestar que sentí cuando vivia los buenos momentos. Aprendí que la convivencia es algo fundamental que hay que cuidar cuando vas al extranjero y me sentí muy afortunado con los compañeros que me tocaron porque éramos como una família y cuidabamos los unos de los otros (algunos cuidaban mas, todo hay que decirlo). Me divertí mucho trabajando en el gimnasio y descubrí que realmente es a lo que me quiero dedicar.

Una de las cosas que más me gustaban era que cada día había un plan diferente y no habían 2 dias iguales. Por ejemplo, un día íbamos a hacer kayak, al siguiente paintball, al otro una excursión... Y qué decir de las fiestas, había gente que era capaz de aguantar 4 dias y mas de fiesta, demasiado para mí jaja que apenas podía soportar 2 dias seguidos de fiesta.

Otra cosa que adoraba era el buen rollo que había en general, digamos que todo el mundo se llevaba bien con todo el mundo (algunos éramos mas afines con algunas personas claro, pero en general todo bien y todo correcto). Me llevo varios amigos aquí a España que seguiré viendo y con un poco de suerte algún que otro amor de los países del este que espero volver a ver en lo que me queda de vida.

En resumen, es una experiencia con la que no sólo mejoras profesionalmente, sino que es todo un reto social, lingüístico y personal. Una persona cuando va a un Erasmus, cuando vuelve es una versión mejor de si misma, creo que se puede aplicar esto en un 90% de los jóvenes que han decidido hacerlo. Cualquiera que tenga dudas debería lanzarse a la piscina y vivir en carne propia todo lo que he mencionado anteriormente para lograr una mejora introspectiva.