Testimonio Ramón Moreno | 25 años
Mi nombre es Ramón Moreno Martinez, estudiante de 1r curso de Laboratorio de Análisis y Control de Calidad y he realizado el Erasmus en “la bella isola di Sicilia”, Italia.
Todo comenzó en el mes de diciembre, cuando tenía que enviar varias solicitudes a diferentes entidades para pedir la beca Erasmus. Desde hacía tiempo, quería realizar una estancia en el extranjero para desenvolverme no solo a nivel profesional, también a nivel social a base de interactuar con la gente de otro país. Estaba equivocado en pensar solo eso, esta experiencia me ha aportado sensaciones y momentos que jamás habría imaginado los cuales atesorare para siempre.
En medio de la selección de países de destino, hubo varios antes de asignarme el definitivo, primero fue Múnich, después Kuopio y finalmente Sicilia. Parecía como una ruleta, pero me alegro de que haya sido así, pues más aprecio ahora todo lo que he vivido. ¿Una isla paradisiaca en mitad del verano, quien se puede resistir a esta oportunidad?
Una vez llegó el momento de coger el avión, todo era una mezcla de emociones: ilusión, nervios y sobre todo muchas ganas de aprender. Todos los integrantes del piso donde conviviría nos conocimos en el aeropuerto, las personas que convivirían conmigo durante los 2 meses que duraría la estancia. Poco a poco nos hemos ido conociendo, con nuestras virtudes y nuestros defectos, hasta a construir lo que hoy puedo llamar mi segunda familia. Hemos cocinado juntos, hemos salido de fiesta para desconectar (no todo es trabajo), nos hemos ayudado los unos a los otros, hemos viajado juntos para conocer todos los rincones y lugares de la isla y muchos momentos increíbles más. Esa es la mejor parte de una familia, que cada uno ha aportado su granito de arena para hacer de esto una experiencia inolvidable y deseo con todo mi corazón no perder nunca el contacto con esta familia que hemos construido aquí: todas ellas son increíbles.
En la empresa donde he realizado las practicas, todos los integrantes de la empresa me han dado una cálida bienvenida y me han enseñado italiano (además de siciliano) y todas las tareas que debía llevar a cabo en el laboratorio. He aprendido muchas reacciones, técnicas de análisis y conocimiento de normativas respecto a las industrias alimentarias. Vuelvo a España muy satisfecho de esta experiencia, aunque me hubiera gustado que la estancia se alargara. Hasta aquí ha llegado este viaje, pero espero que vengan muchos más.
A todas las personas que tengan ganas de aprender y de vivir nuevas experiencias, les recomiendo que realicen estancias en el extranjero, crecerán tanto como profesionales como personas