Testimonio Ana Mejías | 19 años
Mi experiencia en Italia, concretamente en Forlì, fue increíble y una de las mejores experiencias que he vivido. Al principio no hablaba nada de italiano, pero tampoco me importaba. Hice un curso antes de irme y aprendí lo justo para saber decir cómo me llamo, de dónde vengo y allí que me fui.
Los primeros días fueron un poco raros ya que no estábamos en nuestra casa. Además, vivíamos en una residencia que se llamaba Casa a colori, pero que a pesar de no estar habituados a vivir en una residencia, me pareció un sitio bastante aceptable para vivir los dos meses que estuve allí: no había restricción en los horarios de entrada y/o salida (cosa muy importante para nosotros) pero, por poner un ‘pero’, si vuelve a ver una próxima vez seguro que en mi maleta no falta un ventilador (al menos uno pequeño). Aun con todo esto, nos fuimos adaptando y todo fue a mejor.
En cuanto al trabajo, al principio los días fueron un poco duros ya que con las compañeras de trabajo hablábamos, sobretodo, por señas. Yo estuve trabajando en una residencia de ancianos que se llamaba Casa d'Accoglienza Don Amedeo Pasini.
Mi experiencia allí fue lo mejor, las compañeras de trabajo eran increíbles: se preocupaban por mí, tenían mucha paciencia ya que no sabía italiano y, gracias a ellas, ahora se mantener una conversación básica.
Mi horario era de nueve de la mañana a tres del medio día, por lo que tenía todas las tardes libres para ir hacer un poco de turismo por Forlì e ir a la playa. Los fines de semana también los tenía libres y es cuando aprovechábamos para hacer turismo un poquito más lejos. Por ejemplo, fuimos a Verona, Florencia, San marino, etc.
En resumen, mi experiencia en Erasmus en global ha sido muy buena, muy recomendable y, a nivel personal, muy enriquecedora, ya no solo por la experiencia en sí sino por haber adquirido una madurez que no habría logrado de no ser por haberme ido a otro país. En cambio, lo único malo (por llamarlo de alguna manera) de este viaje ha sido el hecho de volver a España y lo que eso conlleva: volver a la rutina y despedirme de los nuevos amigos que he hecho allí.