Testimonio Raül Jornet | 37 años
La duración de las pràcticas Erasmus+ ha sido de un mes, en la Farmacia comunale Nº 6 (Farmacia municipal nº6) de la ciudad toscana de Arezzo en Italia. El socio de acogida en la ciudad ha sido la empresa OpenCom. Desde el día que decidí presentarme para optar a una de las becas Erasmus+ que ofrecía el instituto (mi centro, el López Vicuña de Barcelona) sabía que, si tenía la oportunidad, disfrutaría de una de las mejores experiencias de mi vida. Y así ha sido.
Una nueva ciudad, un nuevo equipo de trabajo, un idioma y una cultura diferentes, una forma de protocolizar el trabajo a realizar de una manera distinta que a buen seguro han servido para cambiar algo en mí de una manera constructiva y muy positiva.
A mi edad, 37 años (la indico para animar a quién pueda estar leyendo este texto y la edad le parezca una barrera para presentarse a las becas Erasmus+) nunca pensé que cambiaría nada en mí y os aseguro que, si tuviera la oportunidad ahora mismo, animaría uno por uno a todo aquel que está estudiando un ciclo de Formación Profesional a que se inscribiera en las becas y pasara un tiempo trabajando en prácticas en un país europeo.
En las aulas nos enseñan cada día cómo tratar con las personas, cómo ponerte en el lugar del otro, cómo ejercer la profesión ‘estudiada’ correctamente… Y te puedo decir que en el Erasmus+ recoges todo eso y lo transformas en una gran oportunidad para vivir y disfrutar en otro idioma, con otra gente que te acogen en su ‘casa’ -la empresa maravillosamente para completar tu formación y tu visión de futuro.
¡Pero no todo ha sido estar en la farmacia! También hemos pasado un fin de semana en Florencia, viendo el David de Miguel Ángel, visitado el Palazzo Pitti y sus jardines di Boboli, pasamos toda una tarde contemplando las maravillosas temperas de Boticcelli (La primavera, El nacimiento de Venus…), paseado por la plaza del Duomo y disfrutado de un atardecer en el ponte Vecchio.
Tuvimos la oportunidad de visitar el Vaticano y la plaza de San Pedro en Roma, el Coliseo, la plaza de España e incluso tomamos un capuccino en el ‘Antico Caffè Greco’ abierto desde 1760 en la Via Condotti de la capital italiana.
En nuestra ciudad de acogida todo fue especial. Arezzo nos ha tratado muy bien, las compañeras de la farmacia nos introdujeron rápidamente entre su pandilla de amigos y pudimos sentirnos como un vecino más de la ciudad viviendo situaciones que de no ser así no habríamos experimentado, visitando los ‘Quartieres’ de los 4 barrios de la ciudad y cenando con todos los vecinos en la previa a su gran fiesta local ‘la Giostra del Saracino’, un juego caballeresco que tiene su origen en la Edad Media y que se celebran en los meses de junio y septiembre (recomendable de ver si se está por el Italia por esas fechas).
En definitiva, ¡solo tengo palabras de agradecimiento para esta experiencia que seguro recordaré toda la vida!
Grazie Erasmus+!