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Testimonio Ángela Zarasa | 26 años

Cuando me propusieron de venir a Italia, la verdad que no era un destino en el que me veía por dos meses, no me llamaba la atención demasiado, hay a quien le parece poco y como a mí que pensaba que era mucho, al decir que si, la verdad que no tenía esos nervios que te dan antes de un viaje, ni motivación, todo me paso al aterrizar aquí , la sensaciones de que estoy haciendo?, me gustara?, tendré  que vivir con ellos?, bueno cosas como estas  y muchas más se me venían a la cabeza una y otra vez, llegamos a la residencia la verdad que me sentí un poco incomoda porque todos ya se habían visto en el encuentro de una semana antes de venirnos y ya tenían tipo grupos para hablar, lo que yo no sabía era que yo no era la única que no había podido ir y así pude empezar conversación, a partir de ahí todo surgió, nos repartimos las habitaciones y ahí fue realmente donde comenzó la verdadera experiencia, después de llegar a la habitación sugirieron de ir a cenar juntos y por supuesto era una buena oportunidad para integrarme, al día siguiente avisaron por el grupo de ir a hacer la compra para cocinar todos juntos y de paso desayunar, para mí fue una situación extraña, tenerle que decir que no podría compartir gastos porque soy vegetariana pues tampoco era buen comienzo pero igualmente fui, lo entendieron y compartimos ese momento, al otro día presentación en la empresa, la verdad que tuve muy buenas sensaciones y me gustó mucho la manera de comunicarnos con nuestro jefe , arreglamos horarios y demás, la verdad que mejor de lo que me esperaba , las cosas en casa súper bien , conociéndonos , salíamos juntos muchas veces o simplemente comíamos o cenábamos juntos , cuando ya todos empezamos a currar pues entre unos horarios y otros a veces no coincidíamos y empezamos a integrarnos con los italianos que también vivían aquí, así que muy bien la verdad, al llegar el siguiente grupo ya estábamos más asentados y fue mucho más fácil el relacionarnos, de ahí en adelante ya nos conocíamos un poco más y empezamos a viajar juntos, ir de fiesta y hacer cosas juntos cada fin de semana, por mi parte pude conocer muchos lugares y cada vez me enamoraba más de Italia , a estas alturas ya me  podía comunicar en algunas cosas en italiano y tanto la vida social como profesional cambio bastante para bien, para mí la experiencia ha sido magnifica y se me ha hecho corta que era totalmente lo contrario a lo que pensaba al comienzo, no me lo pensaría dos veces en repetir una experiencia como esta, ahora a cinco días de irme puedo decir que echare mucho de menos todo lo que viví aquí y agradezco todo lo aprendido tanto en momentos de dificultad, como en momento de plenitud

Ángela Zarasa