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Bodegas Ignacio Marín se lanza a la acogida de estudiantes Erasmus+

08/09/2020 Empresas
Bodegas Ignacio Marín se lanza a la acogida de estudiantes Erasmus+

Las Bodegas Ignacio Marín son unas viejas conocidas de la región. Sus vinos riegan paladares de dentro y fuera de nuestras fronteras desde su nacimiento allá por 1903. Desde entonces, las sucesivas generaciones de la saga familiar han dedicado su conocimiento y experiencia a un proceso de elaboración que comienza en el viñedo y termina en cada una de las botellas que distribuyen en los cinco continentes. Ahora, con la llegada de nuevos grupos de estudiantes de FP de Europa, gestionados por Asociación Mundus, se suman a la acogida y autorización de estudiantado internacional en prácticas, en este caso especializados en vitivinicultura y enología.


José Ignacio Marín nos recibe en una de sus tres bodegas en Zaragoza. Estamos en Almonacid de la Sierra, un pequeño pueblo en el que nada más llegar nos rodean viñedos y bodegas. Es tierra de vid. Los primeros rayos de luz de la mañana iluminan las montañas alrededor y esto hace la visita mucho más bucólica y tranquila en comparación con el ritmo de la ciudad al que estamos acostumbradas.

Aparcamos frente a un portón que dice: “No tengo timbre. Grite, y así se desahoga”. Así que entramos a la entrevista con media sonrisa. La otra media nos la sacó José Ignacio, la cabeza de esta empresa familiar que regenta junto a sus hijos. Nos explica desde el principio que esta se trata de una bodega nueva, pequeña y especializada, que será “la guinda del pastel” para el negocio de la familia, porque el vino que preparan allí será el más especial de toda su oferta.

José Ignacio nos ha invitado a venir en un día especial: hoy empieza la vendimia. Él nos cuenta cómo ha crecido su negocio, cómo se cuida cada parte del proceso de destilación y cómo poco a poco han creado lazos internacionales. En 1990, José Ignacio fue por primera vez a vender sus vinos a China. Ahora, tienen socios en Latinoamérica, el Caribe, Japón y otros países asiáticos, que suponen una parte crucial de su distribución. Los vinos de Marín son tan conocidos que incluso Robert Parker los ha probado y los reseña con una puntuación envidiable. Pronto podremos probar esta delicia...

“Aquí tienes una bonita foto”, dice José Ignacio señalando el espacio en el que conservan barricas de más de 60 años. Nos encontramos en un complejo con varias zonas: hay un edificio que nos prometen que dará mucho que hablar en un futuro, una sala en altura y una bodega soterrada que llega a los diez metros de profundidad y que siempre conserva la temperatura en torno a los 16 grados, haga frío o calor. La conservación al natural no es lo único tradicional que podemos observar en el proceso de destilación de los vinos de Marín. Esta bodega mantiene la fórmula de utilizar diferentes alturas para hacer fluir el vino sin necesidad de usar bombas complementarias. Así se hacía antes y, siempre que es posible, así lo hacen aquí. 

Mientras nos enseña las bodegas, José Ignacio nos va contando sus planes para la acogida de estudiantes. Es la primera vez que colaboran con Mundus y se han animado gracias a las buenas referencias de los compañeros de ARAGA, que hace de altavoz de los beneficios del programa entre sus asociados. Pero en esta empresa tienen una amplia experiencia en la acogida de estudiantes en prácticas: siempre han acogido estudiantes de comercio internacional y enólogos/as que se forman en los centros de la zona.

Ahora acaban de conocer la existencia de las prácticas Erasmus+ de FP. La idea de José Ignacio es que el estudiante que recibirá este año experimente todas las partes del proceso de elaboración del vino: desde el laboratorio hasta el embotellado. José Ignacio sabe bien lo relevante que es delimitar las tareas que los estudiantes van a realizar, así que considera que experimentar cada parte del proceso junto a un/a profesional de la bodega será enriquecedor para el estudiante. Los/as alumnos/as realizan tareas concretas en diferentes fases del proceso para que, en el mes que estarán aprendiendo en la bodega, adquieran capacidades diversas que les acerquen a lo que en un futuro próximo serán su día a día en su puesto de trabajo.

Desde Mundus estamos agradecidas a las Bodegas José Ignacio Marín por mostrar de este modo su compromiso social con el desarrollo profesional de la juventud europea y su participación en programas internacionales, y estamos seguras de que este es sólo el inicio de una fructífera colaboración (¡y lo de fructífera no va sólo por las uvas!).


Si, como Bodegas Ignacio Marín, quieres sumarte a la acogida de estudiantes europeos en prácticas, ponte en contacto con el departamento comercial de Asociación Mundus a través del correo empresas@asociacionmundus.com.




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