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Testimonio Martin Puch | 27 años

Diciembre de 2021

Mi nombre es Martin Puch Ricart, tengo 28 años y soy de Fraga, un pueblo aragonés de España. Diciembre ha sido un mes lleno de emociones. La primera semana tuve que viajar a España por decisión personal y desgraciadamente me perdí el training, pero por otro lado, fue una semana increíble rodeado de los míos y disfrutando al máximo de esos 4 días en casa.

Llego el día de volver a casa, el día 8 de Diciembre cogí el vuelo para volver a Rio de Mouro. Esa semana recuerdo ir muchas veces de compras con los niños, ya que se acercaba la navidad y como cualquiera, necesitaban su regalo.

Día 15 de Diciembre, mi veintiocho cumpleaños, el primero fuera de casa, lejos de los míos. Fue un momento tan especial, que sin duda lo recordare el resto de mi vida. El día empezó como cualquier otro, ya que me levante pronto para ir a trabajar, en concreto ese miércoles tenía que ir al dentista con un niño. Estuvimos desde las 8 hasta las 12 en la consulta, después nos fuimos a casa, donde comí con ellos para posteriormente terminar mi jornada. Llegaba el momento de poder contestar a todas las felicitaciones, contestar a todas las llamadas y agradecer a todas aquellas personas, que en mi aniversario, se acuerdan de mí. Después de descansar un poco, decidí ir a comprar algunas cosas para la cena, ya que sabía que mis increíbles compañeros y compañeras me habían preparado algo. Llego la hora de cenar y allí estaban todos, haciendo de ese 15 de Diciembre, un momento aún más especial. En todos los cumpleaños se soplan las velas, pero en este, se soplan las velas después de que mi familia de 8 nacionalidades diferentes me cante el cumpleaños feliz, sinceramente, para mí será inolvidable. Después de esto, me hicieron varios regalos súper bonitos y divertidos, son l@s mejores. Finalmente, para rematar ese día, unos cuantos nos fuimos a Lisboa para tomar algo, donde recibí mi última sorpresa, varios voluntarios habían querido felicitarme en persona y allí estaban, queriendo disfrutar de mi cumpleaños conmigo, sinceramente, son gente increíble.

Continuamos con el mes y llegamos a la navidad, que en mi lugar de trabajo se adelantó al día 17, donde hicimos una cena familiar con todos los niños, educadores y la directora. Hubo una cena increíble con varios platos y postres. Finalmente nos reunimos todos en el comedor y repartimos los regalos, donde para mi sorpresa también recibí la camiseta de Casa Pia.

Finalmente cerramos este mes tan especial con las comidas y cenas respectivas a los días navideños. Fue un poco diferente por la situación COVID que estamos pasando, pero también fueron varios momentos especiales para mí.


 

 

Noviembre de 2021

¡Hola! Mi nombre es Martin Puch, tengo 27 años y vivo en un pueblo de España, llamado Fraga. Estoy licenciado en Educación Primaria y algún día me gustaría poder trabajar de lo que más me gusta.

Llegué a Portugal el día 28 de octubre, mi llegada estaba programada para el día 1, pero una serie de problemas me obligaron a cambiar la fecha. Sinceramente, mi vida necesitaba un cambio, y yo sabía que este voluntariado me lo iba a dar. La acogida de la gente de Proatlantico fue genial, me trataron de una manera ejemplar y me han ayudado en todo lo que he necesitado, respondiendo lo más rápidamente posible a todas las dudas y problemáticas que podían ir surgiendo, OBRIGADO.


 

Por otro lado, mis compañeras de piso. Que importante es, llegar a un sitio nuevo y que te sientas como en casa, eso fue posible gracias a ellas. Además, mi inglés es limitado para estar manteniendo una conversación larga, pero siempre me han ayudado y me han respetado. La verdad que he tenido mucha suerte de tener este grupo de 6 chicas maravillosas, les estaré siempre agradecido.

Mis primeros días aquí fueron increíbles, me encanta Lisboa, tiene sitios maravillosos y llenos de vida. Hasta el día 7 no empecé a trabajar, así que tuve una semana para viajar y conocer lugares maravillosos de esta zona de Portugal, además lo hice con compañeras de piso, lo cual hizo que nos conociéramos mejor, fue muy bonito.


 

Por fin llegó el día de ir a trabajar, tenía muchas ganas de hacerlo, pero también estaba muy nervioso, como todas las primeras veces. Los nervios duraron pocos minutos, ya que los niños y los educadores son personas increíbles y muy agradables, la cual cosa me hizo congeniar muy rápidamente con todos ellos. A día de hoy, después de disfrutar un mes en este lugar, puedo decir que me encanta estar allí, hacemos deporte, jugamos a juegos de mesa, cocinamos, para mí está siendo una experiencia muy bonita, ojalá continúe así.

Por último me gustaría decir algo sobre mis compañeros y compañeras, voluntarias y voluntarios. Ojala haber tenido la oportunidad de conocerlos a todos, pero al llegar en diferente día los he ido conociendo a días. Pero qué suerte coincidir con gente respetuosa, amable y buena, un placer. ¡Seguimos!