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Testimonio Antonio Santiago Padilla | 27 años

Portugal, junio de 2020

Una vez que creíamos que todo volvería a la normalidad después de mes y medio trabajando hemos tenido que volver a final de mes a la cuarentena, ya que en Lisboa han aumentado de manera considerable los casos con Covid. Aun así me llevo una buena experiencia del nuevo centro donde trabajamos ya que nos han tratado de manera excepcional. Me llevo buen sabor de boca, aunque haya sido un periodo de tiempo demasiado corto. Aun así con los amigos ha sido un mes en el que he podido realizar algún viaje que otro y hemos tenido tiempo para volver a disfrutar de Lisboa.


 

Portugal, abril de 2020

Un mes en el que hemos estado de cuarentena, ha sido llevadera ya que éramos mucha gente y nos organizábamos nuestros eventos para que fuera más amena. Me he puesto serio con el portugués y he aprendido mucho este mes. No puedo decir mucho más de este mes ya que tampoco ha ido acompañado de viajes ni nada por el estilo. Como el resto de ciudadanos nos ha tocado quedarnos en casa.

Portugal, febrero de 2020

Febrero ha sido un mes muy interesante que ha estado repleto de actividades en las que hemos salido del centro. Hemos hecho una fiesta Country con otros centros y también preparamos el Carnaval dentro de nuestro centro. Además, ahora me considero Lisboeta ya que vivo en la ciudad y estoy mucho más cerca de mis amigos y no tengo que gastar mucho dinero para volver hasta Cruz Quebrada como pasaba los meses anteriores.

Por lo tanto, un mes que me ha llenado mucho tanto de voluntario como en la vida social.


 

Portugal, enero de 2020

Y llega la vuelta de Navidad y llega el mes de enero. Después de unos días de vacaciones de descanso en casa para poder volver a ver a los amigos y la familia uno vuelve con las pilas cargadas. Este mes viene cargado de buenos momentos, sobre todo porque hemos participado en un festival de todos para todos, en este festival hemos tenido la suerte de estrenar nuestra obra de teatro en la que llevamos meses ensayando. Junto a ella todos los nervios y las risas que se quedan detrás de la mirada del público, compartiéndolo entre todas las personas que ponemos un pie en el palco. Un mes triste por todos los voluntarios que se fueron en diciembre y alegre por las nuevas incorporaciones que llegan desde diferentes países. En mi caso tuve el placer de compartir un poco de esta experiencia con Hasan un chico turco, pero por poco tiempo, que después de 4 meses viviendo en Oeiras me mudé a una residencia en lisboa a petición mía. Terminó este mes con un cambio bastante grande en mi modo de vida de este voluntariado, quizas ahora gaste mucho más tiempo para ir a trabajar, pero la vida en la ciudad de Lisboa seguro que es muy interesante. Ahora tengo que acostumbrarme a mi cuarto y conocer a mis nuevos compañeros de piso. Ahora vivo a unos minutos de todos mis amigos ERASMUS que viven en Lisboa. 😅. Menuda cuesta de enero...

Portugal, diciembre de 2019

Nos hemos adentrado en el frio diciembre, este mes ha venido cargado de muchas sorpresas y actuaciones en directo. Hemos realizado en el centro danzas del mundo para representarlas el día 20 en la fiesta de navidad. Por otro lado, como he estado trabajando en una colonia no he podido disfrutar del día internacional ni de la cena de navidad. En esta colonia he trabajado con niños con parálisis cerebral, la cual me ha hecho aprender muchísimo de cómo trabajar con gente más pequeña. Aún así estoy muy contento de haber realizado esto con mi centro.

Luego llegó el final de mes y con ello las vacaciones de navidad, nos tuvimos que coger días de vacaciones para poder visitar a la familia y amigos para volver con las pilas cargadas.

Portugal, noviembre de 2019

Ya estamos en el segundo mes de este voluntariado, no pude celebrar el mes anterior la fiesta de Halloween porque tuve que trabajar en una colonia con mi centro. Pero este mes si he tenido la suerte de celebrar Sao Martinho. Estuvimos en el centro haciendo castañas, comiendo comida típica y escuchando en directo canciones típicas de Sao Martinho.

En el centro cada vez me encuentro mejor, conozco mejor a todos y tengo mayor confianza con los trabajadores, incluso ya hablo algunas palabras en portugués. Pocas, pero bueno, poco a poco, que estamos comenzando.
Este mes hemos celebrado un día internacional con la asociación de acogida, este día nos ha servido para conocernos más entre nosotros, para conocer las culturas de los demás voluntarios y para compartir nuestra tan querida cultura española.

También he celebrado alguna que otra barbacoa con los amigos que he conocido en Lisboa, ya que en la casa donde vivimos la tenemos muy bien equipada. 

Este es mi mes de noviembre, cada vez me siento más integrado en la cultura y cada vez con más amigos con los que disfrutar de esta experiencia. Todavía sigo sin saber portugués, es normal, en mi centro se habla más bien poco... una suerte que por ser español se entiende casi todo.


 

Portugal, octubre de 2019

Hola, soy Antonio , un chico de un pequeño pueblo llamado Chinchilla de Monte-Aragón que un dia se levantó y decidió hacer un voluntariado. Buscó y encontró a través de la asociación de Mundus un proyecto muy interesante en Lisboa. Después de muchos pero que muchos documentos rellenados en inglés fuí seleccionado para este maravilloso proyecto. Antes de llegar tuve una reunión vía skype con mi asociación de envío y con la de acogida para adquirir unas nociones básicas de lo que consiste el voluntariado. ¡Llegó la hora de hacer las maletas! 

A partir del dia 1 de Octubre me hospedé en casa Europa junto con los demás voluntarios. Por hablar un poco de ellos, diría que mucho inglés se habla aquí. Un poco dificil para mi la comunicacion pero con el tiempo he ido aprendiendo. Pero también está el grupo de españoles e italianos que con ellos la comunicación es mas fluida y la similitud de culturas hacen a uno sentirse como en casa.

Llegamos al primer día de trabajo, de verdad no me esperaba así mi labor como voluntario, diría que los primeros días se me hicieron un poco cuesta arriba, pero ese miedo y ese temor a trabajar con estas fantásticas personas fue desapareciendo en muy poquito tiempo. Desde el comienzo en el centro me han tratado como un trabajador más, como un amigo. Siempre están pendientes de que tu te encuentres bien y te ayudan en todo lo necesario. Los pacientes del centro también me han recibido genial, con ellos colaboro en todas las actividades que se realizan e incluso les ayudo en todos esos quehaceres que ellos no pueden realizar.
Sí, estoy haciendo el voluntariado en un Centro de Paralisis Cerebral y soy feliz.

 


 


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Antonio Santiago Padilla