Testimonio Elena Pugliese | 28 años
CES en Barcelona. Elena es italiana y es voluntaria de Asociación Mundus en la oficina de Santa Coloma de Gramenet. Ella llegó junto con los demás voluntarios en septiembre 2019 y acaba su proyecto en junio 2020, ayudando en el departamento de juventud.
Hoy es mi último día de voluntariado que hice durante 10 meses en España en la Asociación Mundus.
Mientras hago las maletas ya siento la melancolía y un poco de tristeza por el final de este camino. Esta experiencia única y mágica me enseñó mucho, me hizo entender cosas importantes sobre mí misma y me dio emociones únicas.
Todavía recuerdo el día antes de la llegada: no estaba segura de qué poner en la maleta, no estaba segura de poner algo en la maleta. Ansiedad, excitación y tal vez un poco de miedo.
Había querido hacer voluntariado europeo durante mucho tiempo y ahora que había llegado el momento no me sentía preparada.
No creo que haya un momento real en el que te sientas preparado para tener una experiencia como esa, porque, por mucho que sepas sobre el tipo de experiencia, no puedes tener la mínima idea en qué te estás metiendo.
Es un conjunto de emociones, novedades, locuras, sentimientos abrumadores.
El miedo fue reemplazado por la euforia en el momento en que entré en mi nueva casa por la primera vez. Carla, una compañera de piso, me recogió del metro y los otros dos compañeros, Brian y Camille, abrieron la puerta con una sonrisa brillante. ¡No creo que nunca haya recibido una bienvenida tan cálida!
Primer día en la oficina: obviamente estaba nerviosa, pero mis nuevxs compañerxs, me hicieron sentir bienvenida inmediatamente. Asier, con quien trabajé, fue súper amable y disponible desde el principio. Tuvimos nuestra primera reunión en un bar con café y croissants, y me sentí como si estuviera en el lugar correcto.
Durante estos meses he aprendido muchas cosas. Aprendí un nuevo idioma, aprendí un nuevo trabajo, aprendí a relacionarme con los jefes, con compañerxs de diferentes culturas, a vivir con personas de diferentes nacionalidades.
Pero sobre todo, llegué a conocerme mejor a mí misma. Gestionar mejor mis emociones, pensar más antes de actuar, pero también actuar sin pensar demasiado, lanzarme a las cosas y ¡vivir todo con gran intensidad!
Puedo decir con seguridad que estos meses han sido unos de los mejores meses de mi vida. Me sentí bien, feliz, me sentí en el lugar correcto y con las personas correctas, aunque acababa de conocerlas.
Quiero decir “gracias” a todxs por estos meses, a mis compañerxs de trabajo que me han enseñado determinación y profesionalidad, a mis compañerxs de piso que siempre me han hecho reír y me han transmitido valores como la interculturalidad, la disponibilidad y la escucha. A todxs lxs demás voluntarixs amigxs que siempre me han entretenida y divertida.
Gracias a todxs por las hermosas emociones, sonrisas y llantos. ¡No olvidaré a ninguno de vosotrxs!
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