Testimonio Sergi Cabrera | 17 años
Todo empezó en la primera reunión que fue unas semanas antes de empezar el voluntariado, donde nos conocimos un poco antes de empezar la aventura, para presentarnos y tener más confianza a la hora de empezar el voluntariado. Ese mismo día algunos fuimos a comer juntos.
A la semana siguiente del último encuentro cogimos el avión dirección Atenas, después cogimos un autocar dirección Xylokastro, donde llegamos a primera hora de la mañana y desayunamos en el restaurante que comimos todos los días, después nos llevaron al apartamento donde vivimos todo el mes, y dormimos el resto del día .
A los dos días comenzamos a trabajar con Giorgios, en el huerto que él tenía y yo comencé a quitar malas hierbas y a apilarlas. Ese día hacía mucho calor y acabé cansado .
Después trabajamos con Spiros, que era el alcalde de Siquia, el pueblo de al lado de Xylokastro. Normalmente trabajábamos en las playas liampiándolas de plásticos ya que nuestro voluntariado era de medioambiente. Sinceramente con Strabos no trabajábamos demasiado, hacíamos un rato limpiando las playas y hacíamos un break en algún bar y después trabajábamos 20 minutos y nos llevaba de vuelta a Xylokastro .
También trabajamos con Eliana que era el mismo trabajo que en las playas pero en plazas del pueblo o también en una guardería, donde coincidió que era mi cumpleaños. Mis compañeros de voluntariado me hicieron una fiesta en casa junto a otros voluntariados, comimos pastel, bailamos y lo pasamos muy bien.
A la semana siguiente Ruth, Paula, Yasmina y yo fuimos a Corinto. Por la mañana cojimos un autocar los 4 y a la hora y media llegamos en autocar al museo de Corinto, después subimos la montaña para visitar el castillo de mas de 3.000 años. Cuando bajábamos del castillo me resbalé y me caí. No me hice mucho daño pero en el bar que había en la montaña nos encontramos con una mujer puertorriqueña y me bajó hacia el museo junto a mi compañera Paula.
La penúltima semana hicimos de ayudantes en unos conciertos que había en Siquia durante 3 días y siempre me tocó con mi compañera Cris, unos hacíamos de fotógrafos para luego subirla a la página de Erasmus, y otros indicábamos dónde no podían aparcar los coches.
El penúltimo día fuimos a casa de los otros voluntariados donde Eliana nos enseño a cocinar comida tradicional griega. Nos dividieron en tres grupos y mi grupo se encargaba de los postres: una tarta de queso pero a trozos pequeños.
Durante todo el mes, Eliana nos dio clases de griego en una escuela que había en nuestro pueblo. Ella nos enseñó a escribir un poco, lo básico del idioma y hablarlo un poco, aunque la escritura griega es muy complicada.
Y el último día fuimos a recoger al Ayuntamiento de Xylokastro el papel conforme habíamos hecho el voluntariado.Después de comer cogimos el autocar dirección Atenas para pasar dos días allí y volver para Barcelona. En esos dos días visitamos el Acrópolis y alrededores, y más edificios de la antigua Grecia.
Al volver a Barcelona nos despedimos y nos fuimos para casa... aunque seguimos hablando por el grupo de whatsapp y algunos hemos quedado para ir a Portaventura.
Al principio del voluntariado me sentí cómodo gracias a que Ruth nos hizo quedar una semana antes para conocernos. Eso me ayudó mucho ya que yo soy muy tímido y me cuesta relacionarme con la gente que no conozco. Después ya en el voluntariado empecé a conocer mejor a las personas con las que convivía.
Me llevo a gente que se que la tendré para hablar cuando más lo necesite. Seguiré viendo a Paula, Yasmina, Cris, Laura, Job, Ruth y Karim.
Este voluntariado me ha servido para conocerme un poco mejor como persona, a saber a no juzgar a la gente sin conocerla de nada, ya que eso lo hago en mi vida diaria y es una manía que tengo que intentar evitar y que me ahorraría muchos problemas.