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Testimonio Blanca Salinas | 17 años

Cuando supe que iba de Eramus un mes a Florencia me sentí muy afortunada y emocionada, ya que la propuesta no podía ser mejor. Conocer mundo y con ello muchísimas personas, no depender de nadie, y tener un verano distinto lleno de nuevas experiencia. Lo único que me frenaba coger ese avión era la sensación de perderme algo en mi estancia fuera. No me asustaba tener que buscarme la vida, ni el idioma, ni tener que moverme sola, convivir con gente que no conocía... Todo esto que se iba a convertir en mi rutina lo veía de forma muy positiva para aprender, madurar y valorar, y tenía ganas de que pasara porque es de las cosas más clave del Erasmus y de las que más intriga tenía por conocer. 

Al llegar a Florencia ya fui consciente de que había empezado ya mi nueva aventura y con muchas ganas la empecé. Mis prácticas han consistido en la organización de actividades multideportivas (voley, karate, gimnasia artística, piscina, gimcanas…) en un campus de verano y he hecho el papel de monitora a niños entre 3 y 12 años.  Cada mañana llegaba al circolo recreativo a las 8:30 de la mañana hasta las 14:00 y allí me encontraba con Vale y Sabri, mis tutoras, a las que admiro. Unas monitoras a las que no les faltaba nada de carisma y alegría, y que transmitían mucha motivación.

No esperaba aprender tanto en las prácticas, ya que me centraba más en no depender de nadie, pero al conocer a Vale y Sabri y ver el trabajo que hacen era inevitable no reflexionar y fijarte en pequeños detalles que te pueden ayudar para mi trabajo en un futuro. Florencia me ha gustado bastante. Aquí me he dado cuenta de que el tiempo no está para perderlo y siempre hay que intentarlo, probarlo, y esforzarte mucho en todo lo que te propongas. Es peor no hacer nada de esto, a que te equivoques.

Aquí se va con energía al trabajo, con ganas de aprender y si hoy es un mal día mañana es otro con nuevas y otras oportunidades, no hay tiempo para rendirse. Me he acostumbrado bastante rápido a los hábitos de comer, el idioma, el transporte, a no ver abuelitos y abuelitas en los bancos comiendo pipas, a tener más cuidado al cruzar la acera y respetar más el semáforo en verde :) Menos el horario de comer y de irse a la cama todo lo demas sin ningun problema y con mucha facilidad.

Me voy muy contenta por lo todo lo que me ha enriquecido esta aventura en mí misma. He conocido a muchas personas que han marcado mucho mi camino durante este mes, mis compañeras de casa por ejemplo. Juntas hemos ido creando un vínculo y una amistad que seguro que al encontrarnos fuera del Erasmus no perderemos, ya que hemos cogido mucha confianza y guardamos bastantes recuerdos y experiencias juntas. Muchas personas que al pensar en Florencia me vendrán a la mente y una rutina muy distinta que echaré mucho de menos.

Mis propósitos de no depender de nadie, conocer a mucha gente, aprender  y madurar de las personas con las que me he rodeado, valorar desde el primer momento que llegué la educación que me han dado mis padres y todo lo que hacen por mí y, por último conocer Florencia un poquito más, todos están más que cumplidos.

Blanca Salinas