Así fue "Don't be afraid to show your true colours"
Tras 7 días en la pequeña localidad rumana Milcoveni, el intercambio juvenil de Erasmus+ llega a su fin. Aprovechamos, pues, para compartir con vosotros nuestro aprendizaje y para agradecer de todo corazón a la Asociación Mundus la oportunidad brindada.
A pesar de que esta semana ha quedado atrás demasiado pronto, han sido muchas las experiencias que nos llevamos a casa.
Comenzamos la semana explicando nuestra relación con el colectivo LGBTIQ+ a través de la expresión artística y el resultado fue una obra tan heterogénea como bella que incluyó todo el espectro de emociones posibles. A dicha actividad le siguió una exposición acerca de la situación del colectivo en nuestros países, que nos hizo ser aún más conscientes de todos los cambios que aún necesitan ser instaurados.
La siguiente actividad consistió en una «biblioteca humana» en la que algunos de nosotros pudimos compartir varios capítulos de nuestra vida en relación al tema. Fue sin duda una de las experiencias más inspiradoras.
Aprendimos también el método del «forum theater», una manera muy divertida de tomar conciencia del gran impacto que nuestras acciones pueden tener a la hora de acabar con situaciones de discriminación en nuestro día a día. Tras la última representación, iniciamos un debate acerca de la necesidad de tomar un papel más activo en la defensa de los derechos de esta minoría (y de todas en general) enfrentando para ello el miedo a las consecuencias.
También tuvimos sesiones acerca del discurso de odio y a partir del 4º día nos centramos en la preparación de un evento en Resita (una ciudad cercana) cuyo objetivo fundamental fue la visibilización del colectivo bajo el lema «LGBTIQ+ rights are human rights» y que contó con una actuación, un stand informativo y numerosas creaciones artísticas con mensajes a favor del respeto a esta minoría.
Por supuesto no faltaron las noches interculturales, las sopas diarias ni las charlas en los ratos libres que a fin de cuentas constituyen el eje vertebrador de esa experiencia transformadora que suele producirse en este tipo de intercambios. Tampoco faltó una noche de Carnaval donde nuestro queridísimo compañero griego Lala nos deleitó con sus increíbles dotes de interpretación y danza en una inolvidable actuación drag.
Finalmente, el hecho de que el grupo español haya sido tan variado (no solo en cuanto a lugar de residencia sino también en lo referente a experiencias y modo de vida) nos ha ofrecido una oportunidad fantástica para seguir abriendo nuestras mentes y eliminar prejuicios.
Así pues, a pesar de que este proyecto ha durado sólo una semana, podemos asegurar que su repercusión durará toda la vida.
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