Así fue "On (the) line for acting offline", intercambio Erasmus+ en Viena
Del 26 de junio al 2 de julio, Isabel, Martín, Patricia, Janira, David y Javier participaron con Mundus en 'On(the)line for acting offline', un intercambio Erasmus+ sobre la utilización de medios de comunicación y redes sociales para campañas sociales que tuvo lugar en Viena (Austria) organizado por MladiinfoAustria.
¿Cómo fue? Pues dejamos que sean ellos los que os lo cuenten. Aquí encontraréis un video realizado por Isabel Luque y un texto de David García.
El equipo español de participantes en el intercambio 'On(the)line for acting offline' que tuvo lugar en la capital austriaca era muy heterogéneo pero compartía la ilusión de formar parte de él. Ninguno de nosotros conocía Viena previamente. En cambio, sí estábamos familiarizados con las redes sociales y su uso, así como con el activismo juvenil en mayor o menor medida, la temática sobre la cual pivotaba la experiencia. Además de aprender todo los secretos de Facebook y cómo nos vigila a cada click o a cada scroll, nos encontramos con que la capital de Austria es una ciudad monumental y arquitectónicamente preciosa.
Los países participantes en el proyecto, además del nuestro, eran Polonia, Eslovaquia, Macedonia y Lituania, lo cual significó que los españoles nos encontramos en un ambiente casi íntegramente eslavo. Navegando entre tópicos y clichés, la integración fue más que fácil y, mientras algunos aprendíamos qué es un 'slav squad', otros descubrían la diversidad cultural y lingüística de España. Además de la buena predisposición general a la socialización, una inolvidable 'Intercultural Night' (o mejor dicho, 'Intercultural Afternoon', debido a los horarios austriacos), donde intercambiamos comidas, bebidas y tradiciones de cada país, difuminó definitivamente las fronteras.
Tuvimos la mala suerte de pasar en Viena una de las semanas más calurosas del año en un país que no está acostumbrado a las altas temperaturas. Las horas en el aula se hacían duras a ratos, pero los juegos al aire libre que se intercalaban entre las clases magistrales amenizaban la jornada. No contar con la cena incluida en un país no precisamente barato como Austria -al menos para un bolsillo español- no fue un punto a favor. Sin embargo, lo compensó el hecho de que tuvimos máxima libertad de movimientos cada tarde a partir de las cuatro o las cinco, un regalo fantástico para hacer turismo y para fortalecer las relaciones entre los participantes en el intercambio.
Para la mayoría fue la primera vez que participábamos en un proyecto de estas características. El balance es, a todas luces, muy positivo. Aprendimos, hicimos turismo, conocimos a personas muy diversas y vivimos una semana con pocas horas de sueño pero cargada de emociones.
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