Así fue EVS beyond borders, curso de formación en Turquía
Antalya, Turquía. Abril de 2019. Un lugar de película, un curso de formación Erasmus y 32 personas de ocho países de Europa. El grupo participante en el proyecto "EVS beyond borders", que se celebró en Turquía a mediados de abril, nos cuentan en esta interesante crónica cómo ha sido este proyecto Erasmus+ sobre el programa SVE y sus posibilidades. Sigue leyendo porque no te defraudará.
Dicen que los y las jóvenes somos el futuro. Que tenemos el testigo para decidir qué tipo de mundo queremos. Y, definitivamente, experiencias como este Training Course demuestran que hay un futuro común esperanzador, que hay jóvenes entusiasmados con crear proyectos solidarios y encaminar a la sociedad y sus jóvenes hacia formas mejores.
Y ha sido gracias a la Asociación Mundus que hemos podido conocer a 32 jóvenes de distintos países de la Unión Europea con unas ganas inmesurables de cambiar el mundo. Durante esta formación, nosotros, cuatro jóvenes de España (Rubén, Cristina, Lucía y Julia), hemos compartido espacio con jóvenes de UK, Irlanda, Grecia, Malta, Rumanía, Turquía y Macedonia durante una semana. El lugar: Antalya, una ciudad costera de Turquía, bañada por el Mar Mediterráneo y rodeada por montañas nevadas.
El objetivo de la formación era conocer más acerca del programa EVS (European Voluntary Service), que permite la movilidad de jóvenes europeos a diferentes países de la Unión Europea, con diferentes temáticas y duración. Además, nos han explicado las opciones que engloba y cómo podríamos organizar un EVS en nuestra comunidad y ser los anfitriones, enseñándonos los requisitos, los objetivos y, sobre todo, cómo redactar un proyecto y que la Unión Europea nos lo apruebe. Esto nos ha parecido una oportunidad increíble, ya que hay infinitas posibilidades y muchos jóvenes encantados de conocer nuevas culturas y aportar su granito de arena. Todo ello nos permite trabajar sobre un tema ampliamente demandado bajo múltiples puntos de vista culturales, lo cual nos permite a todos enriquecernos de un conocimiento que, a nivel nacional, sin formar parte de este tipo de proyectos, quedaría incompleto.
Pero no todo es “trabajo”, y también hemos tenido momentos creativos, de compartir, de ocio y de turismo. Concretamente, hubo una noche en la que pudimos adentrarnos más en la cultura turca, conociendo su música, algunos de sus bailes típicos, y algunas comidas y bebidas.
Por otro lado, tuvimos otra noche intercultural, en la que dimos a probar algunas de nuestras delicatessen, como queso, jamón o fuet, así como la internacionalmente demandada SANGRÍA, más apreciada muchas veces por los extranjeros que por nosotros mismos. Sin duda, fue el hit de la noche. No sin olvidar la degustación culinaria que ofrecieron también los participantes de los otros países, como el queso feta griego, el baileys irlandés o el rakia macedonio. Sin duda alguna, esta es una oportunidad de oro para conocer a fondo y de primera mano los distintos rasgos característicos y costumbres propias de otros países de la Unión Europea.
En definitiva, aunque todos conocíamos los conceptos de competencias clave para el aprendizaje permanente y las recomendaciones de la Unión Europea al respecto, el programa Erasmus plus y sus múltiples oportunidades, es a través de estas formaciones que se nos ofrecen cuando somos capaces de desarrollarlas, comprenderlas y aprender a enseñarlas para lograr que los jóvenes seamos y sean los artífices de su propia vida y contribuyamos a lograr un cambio positivo en la sociedad.
El apoyo de la Comisión Europea para la elaboración de esta publicación no implica la aceptación de sus contenidos, que es responsabilidad exclusiva de los autores. Por tanto, la Comisión no es responsable del uso que pueda hacerse de la información aquí difundida.
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