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Testimonio Laura Abaurrea | 25 años

Llegué a Lisboa el 1 de Octubre, para ser voluntaria en un centro de personas con parálisis cerebral, llamado APCL, y mi experiencia no podría haber sido mejor. 

Viví en Lisboa la navidad, el año nuevo, san valentín y carnaval, me llevé muchos amigos de distintas partes de Europa, aprendí inglés y portugués, visité muchas partes de Portugal y crecí como persona.

Mi trabajo como voluntaria no podría haber sido mejor. Me encargaba de cocinar pasteles con personas con parálisis cerebral, también les daba de comer, realizaba juegos y actividades, iba a la playa o a visitar Lisboa con ellos, preparaba teatros y bailes, y infinidad de cosas más. 

Al principio me resultó muy difícil comunicarme con las personas con parálisis cerebral, ya que muchos de ellos solo entendían portugués y, además, la mayoría tenían dificultades físicas para comunicarse. Pero a medida que fue pasando el tiempo, comprendí que muchas veces no son necesarias las palabras para comunicarse, solo con la mirada ya se puede saber que piensa una persona o como se siente.

Pero en el Cuerpo Europeo de Solidaridad no solo es importante el trabajo en la organización donde se es voluntario, también se aprende mucho fuera.

Una parte muy importante son los trainings organizados por la Comisión Europea, el "On-Arrival training" y el "Mid-Term training". Son muy útiles para conocer voluntarios de otras partes de Portugal y para saber de sus experiencias y pensamientos, pero también aportan al voluntario información muy valiosa, como la importancia de la educación no formal, del trabajo en equipo, la importancia de hacer el "Youthpass", etc. En resumen, salí de los "trainings" con nuevos amigos y con mucho más conocimiento.

También me resultó muy útil los "International Days" que mi organización, ProAtlantico, organizaba. Eran breves exposiciones orales sobre cada uno de los paises de todos los voluntarios de la organización, y al finalizar podíamos probar la comida típica de esos países. Aparte de eso, mi organización también realizaba formaciones, como una formación para trabajar con personas con necesidades especiales, otro para saber como trabajar con niños, y otra sobre enfermedades de transmisión sexual.

Para finalizar, decir que el SVE no solo sirve para ayudar a una asociación, es mucho más que eso. Sirve para perder el miedo a probar cosas nuevas, para crecer, para aprender idiomas, para conocer gente de toda Europa y conocer más de sus países, para sentirse más Europeo, para mejorar habilidades y para tomar mejores decisiones.

¡Muchas gracias Mundus por vuestro trabajo!


El apoyo de la Comisión Europea para la elaboración de esta publicación no implica la aceptación de sus contenidos, que es responsabilidad exclusiva de los autores. Por tanto, la Comisión no es responsable del uso que pueda hacerse de la información aquí difundida.