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Así fue: "No hate speech", curso en Macedonia

Así fue: "No hate speech", curso en Macedonia

Curso de formación Erasmus+ Macedonia. El pasado mes, los trotamundus Cesc Curto y Raquel Selma participaron en la primera movilidad del proyecto: "No hate speech: Methods and Techniques Combating Hate Speech". En este curso de formación Erasmus+ trabajaron a través de metodologías y fórmulas para combatir el discurso del odio con la educación no formal. Raquel y Cesc nos han hecho llegar un texto y un video que representan su maravillosa experiencia en Struga, Macedonia. Este curso en dos partes está organizado por VCS Skopje and Braga Mob, y está co-financiado por la Comisión Europea a través del programa Erasmus+.

 

 


La experiencia de Cesc Curto: VINE, VI Y VIVÍ.

Era un día cualquiera de mi rutina, me levanté a las seis de la mañana, me duché, desayuné y me fui para el curso. Estaba harto de mi rutina, de actuar como un reloj suizo, ya adelantaba todo cuanto iba a hacer después, en cuanto acabara a medio día, me iría pitando al curro, comería corriendo, trabajaría mis horas e mi iría a mi casa a hacer entregas o estudiar hasta la hora de ir a dormir para repetir el mismo ritual el día siguiente.

A media mañana pasó un pensamiento fugaz por mi mente “Qué se estaría cociendo en Mundus?” Saqué el móvil y me metí en su página web y BINGO! La suerte me había sonreído. Había un Training Course sobre técnicas y métodos contra el discurso del odio, qué más podía pedir? Escapar de mi rutina, viajar, conocer a nuevas personas, complementar mi currículum... A qué estaba esperando? En seguida me puse en contacto con Sara, quien me había ayudado y llevado con mi SVE, para resolver un par de dudas y ella me pasó el contacto de Marta para que me las resolviera. Una vez resuelto, actualicé mi CV e hice una carta de motivación y se los pasé. La respuesta no se hizo esperar y con buenas noticias! Me iba a Macedonia!

Me presenté en Mundus para que me ayudaran con los billetes de avión, ya que eran un follón. Una vez ya los tuve, los días pasaron volando. Por fin llegó el día, no podía estar más contento, el 15 de abril fue el día en que se rompió mi rutina, por fin. El primer día fue sólo de viaje, primero volé a Milán donde hice escala, que aproveché para ver el recién estrenado episodio de Juego de Tronos, después ya volé a Skopie. Allí tuve que esperar unas horas, puesto que me vendrían a buscar para llevarme en coche junto con otros participantes que llegarían más tarde, menos mal que tenía mi batería externa y que había Wifi para matar el tiempo viendo series en Netflix. Después de un viaje de 3 horas por las locas carreteras medio en construcción de Macedonia llegamos al hotel. Me asignaron mi habitación, donde ya estaban los que serían mis compañeros, abrí y me encontré a dos chicos con una sonrisa de oreja a oreja. Esas sonrisas desarmaron mis inquietudes sobre si me encontraría un buen grupo.

La mañana siguiente inició la formación con dinámicas para conocernos entre todos un poco, éramos personas de muchos países (Italia, Rumania, Grecia, Portugal, Dinamarca, Finlandia, Eslovenia, Lituania, Alemania y quizás alguno más). A partir de ése momento el tiempo empezó a correr como el viento. Hicimos muchas dinámicas muy interesantes y variadas como role playing, debates, dinámicas de grupo, vídeos y más. En ellas, tratábamos temas como la inmigración, la comunidad LGBTIQ+, los refugiados, entre otros. Nuestro objetivo en esas dinámicas era romper con los estereotipos y con los estigmas que rodean todos esos colectivos. En todas las cosas que hicimos, se pudo constatar cómo se tratan las diversas temáticas en los distintos países. Fue muy instructivo y enriquecedor. Intercambiamos puntos de vista, reflexionamos, nos reímos y nos reímos aún más e hicimos un gran grupo.

Hubo momentos en los que me paraba a observar con perspectiva porque no podía evitar notar que eso que estaba haciendo en cierto modo ya lo conocía, puesto que estudio integración social, aproveché para observar más esos instantes y sacar provecho de ello. Una situación en las que tuve que hacer uso de mis conocimientos fue el penúltimo día.

Por grupos, teníamos que hacer un vídeo promoviendo una campaña para sensibilizar sobre la temática que quisiéramos (de las que ya habíamos hablado durante todos los días anteriores, claro) estábamos cansados de tantos días de no parar y dormir poco y eso hacía mella en el clima del grupo. Dos personas no tardaron en enrocarse defendiendo sus puntos de vista sin dar su brazo a torcer, otra no paraba de disparar nuevas ideas cual metralleta, otra simplemente se apartó de todo y se puso con el móvil y el último adaptó un rol de boicot. Eso era del tema de dinámicas de grupo, hasta ahora todo había sido sobre el papel, ahora por fin tenía mi primer caso práctico. Observé, el clima del grupo era jodido no, lo siguiente, todo pesaba mucho, apenas había energía. Traté de razonar con las personas que estaban como los polos de pilas para tratar de encontrar un punto medio, no les convencí. Lo volví a intentar, esta vez valiéndome de nuevas ideas de la chica metralleta, parecía que les convencía pero allí estaba la censura del boicoteador que no se hizo esperar, sin embargo llegamos a un acuerdo, no convencía a nadie pero todos acordamos que era mejor eso que nada.

Pese haber concluido que hacíamos lo acordado la gente no se movía, me empecé a desesperar, perseveré. Traté de motivar el equipo, parecía que lo conseguía, pero pasó lo inevitable. La tensión de la pila aumentó y ya no querían hacer lo que habíamos dicho. La mala leche empezaba a asomar, pero me salvé por la campana, la pausa para el té.

La chica metralleta y yo nos fuimos a por un té y a desquitarnos un poco y al cabo de un rato, hablando de que todos los grupos ya estaban haciendo cosas y nosotros nada, se encendió la bombilla! No parábamos de decir de hacer pensar, pensar y pensar, pero y si íbamos a algo incluso más elemental y que llega más? Y si apelábamos a los sentimientos? Juntamos las ideas frustradas pero dándole otro enfoque y lo acompañé una canción que ablanda corazones, Nuvole bianche de Ludivico Einaudi. Fuimos y se lo enseñamos a los demás, a todos se les iluminó la cara, por fin, teníamos vídeo. En menos de una hora grabamos, montamos el vídeo y lo expusimos, me sentí muy contento. Si hubiéramos tenido más tiempo, el vídeo habría sido mejor pero después de batallar tanto, para mí, era perfecto.

El curso no fue exclusivamente formación. Hubo un día en el que fuimos a visitar la ciudad de Ohrid, la ciudad más turística de la zona. Ese día fue espléndido e dimos vueltas y vueltas por la ciudad, por la fortaleza, por el lago... al final del día la gente más blanca ya no era blanca sino de un amplio abanico de rojos, obviamente hubo chistes de todo tipo por parte de las personas del Mediterráneo, EH! Pero con cariño. También hicimos noches interculturales en las que compartimos costumbres, tradiciones, comida y bebida de nuestros países con los demás. Raquel, la chica española, y yo decidimos hacer tortilla de patatas con pan con tomate. La cocina pasó de ser cocina a ser una trinchera, mucho que hacer y muy poco tiempo para preparar dos tortillas de las grandes y tostar mucho pan. Después del estrés y con una primera tortilla que más bien era un revoltillo, la segunda tortilla nos salió fetén.

Fue una grandísima experiencia, conocí a personas muy interesantes con las que tuve el enorme placer de compartir pensamientos y experiencias, hice nuevas amistades, lo pasamos en grande y aprendimos, pero sobretodo, nos quedamos con ganas de más. Ahora ya tengo el pensamiento puesto en Braga, Portugal, donde se realizará la segunda parte de la formación. ¡Que llegue ya por favor!

La experiencia de Raquel Selma

"Si tuviera que describir esta experiencia en pocas palabras diría que fue motivante e inspiradora. Durante 10 días a la orilla del lago Ohrid en Macedonia, hicimos dinámicas y juegos para hacer grupo, conocernos mejor y tratar temas tan interesantes como los estereotipos y prejuicios y como desmitificarlos, trabajando técnicas y métodos contra la discriminación y sobretodo aprendiendo a ACTUAR contra el discurso del odio mediante pequeñas acciones para crear un mundo mejor, sin parar de divertirnos en ningún momento. Me encanta la multiculturalidad y pienso que hacer proyectos en los que participen personas de hasta 13 países como fue este caso es algo cuanto menos interesante, pero hacerlo además con una temática como esta fue muy empoderador para cada uno de nosotros e hizo que rompieramos barreras  y crearamos una bonita familia en tan solo unos días. Creo que proyectos como este son una gran oportunidad para conocer gente increíble de otros países y aprender de diferentes culturas, abriendo así un poquito más la mente y el corazón. Muy recomendado!!! 


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