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Así fue "NFE in Action", training course en Slanic Moldova

Así fue "NFE in Action", training course en Slanic Moldova

Experiencias Erasmus+ en Rumanía. Del 8 al 23 de Febrero Mari Trini y Pablo participaron a través de Mundus en el proyecto "Non Formal Education in Action" en Slanic Moldova, Rumanía.

Los dos han querido compartir su experiencia y dar a conocer cómo disfrutaron esas dos semanas. ¡No os perdáis cómo vivieron su viaje!

Mari Trini Giner, Lorca (Murcia), 27 años:

"¿Cómo de enriquecedor es compartir tu día a día y trabajar en equipo con personas de 14 países diferentes? Por muy bien que pueda describirse, nunca será tan bueno como vivirlo. Es algo que recomiendo a todo el mundo, por eso, entre otras muchas razones, animo a cualquiera interesado en no dudar en apuntarse.

Este ha sido mi tercer training course Erasmus+, el primero en Rumanía. En verano hice un Youth Exchange en el mismo país con esta misma asociación de envío (¡Gracias Mundus! Me hacéis muy feliz :D), aunque en otra parte de Rumanía y la verdad que ha sido el training que más me ha gustado, a pesar de que duró una semana más que los anteriores. Tal vez por eso, porque tienes más tiempo de conocer a todo el mundo y conectar mejor.

También ha sido para mi el training en el que más países participantes ha habido, ¡14!  Entre ellos, países de los que no sabía mucho y aún no había tenido la ocasión de conocer a alguien procedente de los mismos, como: Líbano, Moldavia y Azerbaiyán. Ahora tengo muchas ganas de visitarlos y saber más.

Aprendimos mucho sobre métodos educación no formal y técnicas para construir equipos y que funcionen, herramientas para la promoción de los valores europeos sobre la diversidad, el diálogo intercultural y los valores comunes de libertad, tolerancia y respeto de los derechos humanos. ¡Viva el team building! Nosotros mismos teníamos que preprarar algunas de las sesiones, además de las noches internacionales de intercambio cultural donde presentamos nuestros respectivos países y 5 proyectos que pueden ver la luz en un futuro sobre educación no formal dirigida a grupos de jóvenes con menos oportunidades, como refugiados.

También tuvimos tiempo para desconectar y hacer un poco de turismo, tanto en Slanic Moldova como en Brasov. Estábamos casi a orillas del río Slanic y la ciudad donde nos alojamos, además de ser muy bonita, con un paisaje de los Cárpatos nevado, es conocida por sus aguas minerales, por lo que tiene varios balnearios muy asequibles de precio. Tuvimos tiempo hasta de ir a esquiar. Lo que también es más económico y la pista de esquí estaba cerca.

La visita obligada que no podíamos perdernos era el Castillo de Bran, más conocido como el castillo de Drácula, que tiene una historia muy curiosa y no tan conocida como la del personaje ficticio Drácula.

¿Qué más puedo decir para convencer de que tienes que participar en actividades como esta? Que vas a aprender, divertirte, llevarte interesantes contactos profesionales, posibles proyectos futuros, amig@s, fantásticos momentos vividos y buena gente."

Pablo García Irureta-Goyena, de Madrid, 26 años:

"Hace una semana terminé mi 'youth exchange' en Slanic Moldova, en Rumanía. Tras dejar reposar un poco las emociones del momento, me gustaría compartir esta experiencia con vosotros e intentaré contaros porqué me parece tan importante realizar este tipo de intercambios y qué me gustó de esta experiencia.

El proyecto se llamaba 'Non Formal Education in Action' y tratábamos de abordar temas muy actuales en Europa a través de la educación no formal. Éramos más de 30 personas de 15 nacionalidades distintas con un objetivo común, que era buscar soluciones a la crisis migratoria y de refugiados en Europa. Hemos compartido experiencias, aprendido dinámicas y herramientas, comprendido realidades que a veces nos parecen muy ajenas y no lo son tanto, y hemos acabado con la intención de cambiar la situación de la Europa actual a través de distintos proyectos. 

Más allá de la temática de este intercambio en particular, hay muchas cosas que te aporta esta experiencia. Compartir dos semanas con tanta gente siempre es algo especial. El aspecto cultural es evidente. Pese a haber hecho erasmus y EVS, nunca había conocido gente de Moldavia o Líbano, por ejemplo, y es una buena manera de seguir aprendiendo de otras culturas. Las noches interculturales son buenos momentos para hacerlo, pero es en el día a día en el que se descubren muchísimas cosas sobre los demás que te pueden asombrar, sorprender o a veces disgustar, pero que te influyen definitivamente. Otro aspecto que me ha encantado de este intercambio es el lugar, Slanic Moldova, un pequeño pueblo en medio de Rumanía con un gran encanto y tranquilidad, que invitaba a la tranquilidad y el descanso. Es en estos pequeños lugares dónde uno aprende más del país donde está.

No quiero olvidarme del desarrollo personal, pues es durante estos intercambios cuando uno puede olvidarse de su rutinario día a día y centrarse en uno mismo y en cómo relacionarse con los demás. A veces no es fácil ir solo a un sitio, aunque sea por poco tiempo, pero a partir de estas 'incomodidades' es cuando hay que intentar actúar y responder de mejor manera ante los retos. Lo mejor de todo, es que al final volví con más conocimientos, más amigos y con muchas más ganas de seguir descubriendo. 

Para finalizar, quería animar a todo el mundo a que pruebe a hacer un intercambio para descubrir proyectos, personas y países. Todo va a ser positivo. Un abrazo y espero que nos veamos en el próximo intercambio. "




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