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Testimonio Miquel Torns | 23 años

Es difícil reflejar con palabras los fuegos artificiales que ha sufrido mi corazón en estos últimos cuatro meses y medio pero intentaré acercarme de la manera más detallada posible.

El irse al extranjero conlleva siempre una mezcla de ilusión, miedo y nerviosismo. Uno nunca sabe lo que se va a encontrar, si sé lo pasará mejor o peor e incluso a veces pueden aparecer pensamientos fantasmagóricos como el hecho de si realmente me va a servir esta experiencia a nivel personal y profesional.

En mi caso llegué  a Malta sin una empresa fija a dónde ir, pues había varias opciones. Al final, junto con los tutores nos decantamos por una ONG ambiental apodada Friends of Earth. Ante todo quiero decir que ha sido una de las mejores experiencias profesionales de mi vida, pues he disfrutado de una gran  libertad para crear y desarrollar proyectos ambientales. He trabajado en temas de educación ambiental con personas de todas las edades, debatiendo y  empapándome de conocimientos tanto profesionales como culturales. No puedo sino dar las gracias a mis compañeros de trabajo, a Martín Galea (Director de la ONG)  Anastasia Finkel (Coordinadora de proyectos) y Mandy  por ser las mejores personas que he conocido en Malta, hacerme mejor persona y apoyarme en todo momento. Nunca olvidaré nuestras conversaciones  existenciales, me tratasteis como si fuera uno más de la familia desde el primer día me llevo tres amigos para toda la vida, de verdad GRACIAS.

¡Y que decir a nivel personal! Bff... ¿Por dónde empiezo?

Desde mi punto de vista esta es la parte que realmente importa, es cierto que a nivel profesional es importante crecer, pero lo realmente importante en la vida es crecer como persona y una de las mejores formas de hacerlo es saliendo de la zona de “confort”( viajando). Es difícil poder ser uno mismo en esencia en la zona de confort, pues siempre estamos muy influenciados por la familia, amigos y muchas veces nos encontramos bajo una presión social y profesional que nos limita la capacidad de adquirir nuestro clímax personal.

Aunque no haya sido una experiencia técnicamente individual, pues nos fuimos cinco de Girona, si la considero como si me hubiera ido en cierto modo solo y no por falta de compañía, pues los conocía poco antes de irnos.  Les estaré eternamente agradecido a la mayor parte de mis compañeros de piso por el cariño y el amor que me han brindado. Me llevo tres amigos para toda la vida.

La soledad es la más fiel compañera en estas experiencias al extranjero, pues al final empiezas desde cero en un sitio donde no conoces a nadie, tienen otra cultura, otro idioma en definitiva estas delante de otra realidad, solo, sin que nadie te conozca.

En este instante me di cuenta que no tenía nada que ver con lo que me había imaginado y empezó a crecer  un sentimiento de nerviosismo, cierta curiosidad y muchas inquietudes.

Aquí empezó  el juego, al poco de estar ahí  empecé a sentir y pensar cosas que nunca antes había ni siquiera imaginado. Comencé un viaje introspectivo paralelamente a las experiencias y personas que fui conociendo progresivamente. Este hecho me llevó a conocerme infinitamente más, pues no tuve la posibilidad ni necesidad de fingir ni ser otro que no quería. Pude pulir una personalidad más consistente que llevó de algún modo un sentimiento de orgullo y amor propio dormido hasta entonces, hecho que me dio más seguridad para afrontar cualquier tipo de situaciones, incluso conmigo mismo. El aumento de autoconfianza y amor propio me permitió filtrar con más precisión lo que realmente era importante y dejar de lado muchas de las tonterías anteriores que me privaban de ser y hacer lo que quería realmente.

En definitiva, no es una experiencia maravillosa pues también sufrí  momentos muy duros por temas de convivencia y de soledad. Es decir la falta  de encontrar algo familiar que te recuerde veces que no estás solo aunque así lo sientes. Pero son estas cosas las que me permitieron encontrar y desarrollar mi esencia,  sin estereotipos que la ahoguen, sin prejuicios superficiales incluso más liberado de la presión social.  Traté de buscar y sacar esa esencia que tenía medio dormida  para darme el lujo de adquirir otra dimensión como persona, donde la relación con conmigo mismo ha adquirido más certeza, confianza, seguridad, respeto y por encima de todo amor. El amor propio es la cura del odio, solo se puede ser feliz si uno se quiere a sí mismo, y para quererte tienes que conocerte con todo lo que conlleva esto.

Mi última reflexión es que “para mi” la vida consiste en sentir, tocar, degustar, ver, oler y pensar y como más sientas, toques, degustes, veas, huelas, y pienses más llena tendrás la vida y eso solo se consigue viajando, tanto externamente como internamente.

Decir que no ha sido mi primera aventura  fuera de casa pues ya viví anteriormente un año fuera y muchas de las reflexiones son influencia de la otra experiencia.

Para terminar agradecer a Mundus por la oportunidad que me han brindado, por todo el trabajo que hay detrás para que yo pueda estar aquí y gracias de verdad por darme la oportunidad de ser yo, de amarme como nunca antes lo había hecho, y de haber  cumplido infinidad de micro sueños.

Miquel Torns