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Testimonio Andrea Gutiérrez | 22 años

Cuando llegas a las calles de Garbatella ya notas un ambiente diferente, parece que te transportas a un pequeño y sencillo barrio popular donde reina la armonía. Al adentrarte en sus calles percibes ese agradable calor de sus vecinos. Puedes perderte entre sus calles, patios y ver que la vida cotidiana discurre con naturalidad.

La magia continúa cuando en el epicentro de este pintoresco barrio encuentras una zona verde donde poder respirar, donde poder relajarte de la Roma que siempre está en movimiento, el parque donde puedes encontrar naturaleza y únicamente ruidos de pájaros o de niños disfrutando del momento. Ese parque es algo muy importante para esta zona, por lo que significa y por como ha estado posible llevarlo a cabo.

Al igual que la Casetta Rossa que está a su lado. Es un pequeño espacio lleno de vida. Y lo más importante que he podido apreciar desde el minuto uno en el que entré, fue que está lleno de personas con mil historias que contar, personas a las que no le importas de donde vengas o a donde vas, solo sé que son personas que desde el primer momento te van a cuidar. Durante tu paso en Casetta Rossa vas a poder conocerlos a todos ellos, van a tener mucho que contarte y todas sus actividades. En una semana que llevo aquí ya he podido aprender sobre temas tan diversos como la posición de las mujeres en Italia o crear conciencia sobre la dura situación que algunas personas que han emigrado y han decidido arriesgar sus propias vidas están buscando una mejor, con el documental: Non persone.

A parte, he podido tener tiempo de ir los cafés lingüísticos, en los que he podido practicar mi inglés y echar una mano a los que intentan hablar en español. Realmente es una experiencia muy enriquecedora, porque a la vez que practicas conoces a personas muy agradables. También he sido testigo del gran trabajo que hacen en el laboratori per bambini y el buen rato que pasan juntos mamás y papás con sus niños. Es algo muy bonito y que valoré positivamente en este mundo donde todos tienen prisa y dejan estas costumbres de lado. Finalmente, pude acabar mi semana riéndome un buen rato con la iniciativa dei Lercio. Entre todos esos momentos, también me tomé una pausa para comerme un rico plato de pasta que ellos hacen.

Ha sido solo una semana, aún me queda mucho que descubrir en este lugar y lo espero con muchas ganas e ilusión.

Andrea Gutiérrez