Testimonio Ana Isabel Sánchez | 24 años
Ser voluntario no es sólo trabajar en un centro con personas con discapacidad, con refugiados, o en una oficina, es mucho más que todo eso. Es salir de tu zona de confort, donde tan a gusto te sientes y donde la mayoría de las veces no sales por miedo al qué pasará. En mi caso estoy haciendo mi voluntariado en Italia, concretamente en Palermo ayudando en un centro con personas con diversidad funcional, y debo decir que estoy viviendo momentos maravillosos fuera de mi zona de confort, estoy conociendo otro país, otra cultura, conociendo gente nueva a menudo, incluso haciendo cosas que nunca había hecho… y no sabéis lo que enriquece una experiencia como esta.
La llegada a Palermo fue un poco caótica a la par que increíble. Estaba muy segura de la decisión que había tomado y tenía muchas ganas de empezarla.
“Able Like You” es el nombre del proyecto que estamos llevando a cabo. Mi voluntariado se desarrolla en la Cooperativa Social “La Fraternità”, ellos lo llaman la Casa Familia, porque en realidad forman una gran familia. Son adultos con diversidad funcional, que junto con los trabajadores realizan diferentes actividades para potenciar y mejorar su calidad de vida. Ellos me enseñaron que no necesitamos hablar el mismo idioma para entendernos, que los pequeños gestos, como saludarnos todas las mañanas con dos besos, pueden hacerte sentir especial y que siempre hay un motivo por el que ser feliz. Sin duda se han ido convirtiendo en personas importantes para mí aquí en Palermo.
La otra parte del voluntariado es la ciudad donde lo llevas a cabo, y he de decir que Palermo después de estos meses se ha convertido en mi hogar, hogar en el que he pasado momentos inolvidables a la par que difíciles, pero siempre he pensado que en una experiencia como esta hasta los momentos malos son enriquecedores. Sicilia tiene todo lo que puedas desear, gente simpática y abierta, dispuesta a ayudarte, un clima espectacular para disfrutar de sus increíbles playas, reservas naturales y paisajes, y una comida para chuparse los dedos.
A pocos días de terminar mi proyecto, echo la vista atrás y recuerdo aquellos días de noviembre no muy lejanos. Sin duda estoy contenta de poder participar en un proyecto como este, es una oportunidad para aprender en muchos aspectos a la vez que para viajar y conocer otro país con tanto encanto como es Italia. ¡Lo aconsejaría a todo aquel que quiera formar parte de una aventura como esta, como he dicho antes, no tienes nada que perder, son todo ventajas, por lo que Amunì ragazzi, solo abbiamo una vita!!
ANA ISABEL SÁNCHEZ ZAMBRANO