Testimonio Clara Polaino | 27 años
¡Hola a todo el mundo!
¿Qué hacer cuando tienes 27 años, has acabado tus estudios, no tienes trabajo fijo ni muy claro el rumbo de tu vida..., pero además resulta que eres una persona adicta a viajar, cambiar de ambiente y conocer nuevas personas, lugares y culturas? Pues mi respuesta fue el Servicio Voluntariado Europeo (EVS). Hacía tiempo que había escuchado hablar desde la misma universidad y a distintas personas sobre ello y tenía claro que tarde o temprano tenía que conocerlo por mi misma. Tan sencillo como buscar en las redes sociales o en la misma web de EVS proyectos sobre el tema que por mis estudios y trayectoria profesional me resultaba más interesante, el "Medio Ambiente". De pronto, de una semana a otra, me vi viajando a Turquía para colaborar en una organización encargada de la protección y conservación de las tortugas marinas.
Anteriormente ya había participado en varios voluntariados pero esta vez fue totalmente distinto. Mi experiencia en este proyecto consistió en dos meses muy intensos llenos de choques culturales, no solo por encontrarme en un país que representa la fusión y frontera entre Asia y Europa, sino que además fueron dos meses de convivencia con otros 9 voluntarios de 6 países distintos de Europa, y claro, cada uno con sus costumbres, horarios e idioma. A nivel de proyecto nuestras tareas como voluntarios conllevaban limpiar y preparar la playa para la puesta de huevos de las tortugas y vigilancia nocturna de la costa para protegerlas de cualquier peligro. Además de esto tratamos de sensibilizar y crear conciencia ambiental en las personas locales, sobretodo niños y adolescentes, sobre la importancia de estos animales y su ecosistema, sus amenazas y la necesidad de reducir la contaminación de sus playas. Pero, ¿cómo hacer llegar este mensaje y a su vez explicar brevemente en qué consiste el Servicio Voluntariado Europeo a los más jóvenes, teniendo en cuenta las distintas circunstancias, o que algunos no entendían el inglés y que nuestro turco era más bien escaso? Nuestra solución fue crear un vídeo muy simple que usamos como base, junto con una presentación más detallada sobre el ciclo de vida de las tortugas marinas para los alumnos más mayores.
Por otro lado como ya he mencionado, el otro gran reto de esta aventura fue la convivencia. Tras estos dos meses tuve la oportunidad de conocer con más profundidad a mis compañeros en distintos contextos como trabajo, casa o viajes, sin embargo la gran sorpresa fue que acabé conociéndome también más a mi misma. Al final, una de las consecuencias de situaciones como esta, es que te obligas a salir de tu rutina, abres la mente y consideras las cosas con otro punto de vista, aprendes a adaptarte y por supuesto compartes todo, desde comidas hasta conocimientos y experiencias.
En resumen, esta oportunidad es una de esas cosas que se recomienda a menudo pero que nunca sabes lo que te estás perdiendo hasta que lo vives por ti mismo, es algo temporal, intenso y por todo ello, emocionante.