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Testimonio Sylvia Banús | 20 años

Me llamo Sylvia Banús, tengo 20 años y hace justo dos meses empecé mi aventura Erasmus. Un viaje que comenzó un 18 de Junio en el aeropuerto de Barcelona y que ahora está llegando a su fin. Un viaje de recuerdos, experiencias y muchos sentimientos.

Durante esta estancia he compartido cultura, he compartido idiomas y también risas. He aprendido a vivir sola y a ganar la independencia que tanto buscamos. Aunque lo mejor no es todo esto. No es el hecho de irte sino la fuerza personal que ganas. La seguridad que tengo en mí misma y las ganas de comerme el mundo entero.

He conocido personas increíbles y todas diferentes, pero aún así hacíamos uno. He podido visitar ciudades, he podido salir de fiesta y aún así he trabajado. Sí, todos hemos trabajado, pero hemos aprendido a compaginar ambas cosas y a descubrir mundo juntos.

Personalmente es una experiencia que jamás olvidaré y lo que la hace más bonita es la imperfección que tiene. Porque una movilidad Erasmus tiene momentos emocionales en los cuales puedes pensar y aprender a ser más resolutivo. Es una prueba no sobre las metas que te pones sino sobre las que alcanzas.

La Erasmus, mi Erasmus ha sido una meta que he superado y que me ha hecho ver más lejos. Que la soledad es buena pero que también lo es la gente que te rodea. Yo he vivido en Forlì dos meses. He trabajado en una empresa llamada Romacolor que investiga en la fabricación de nuevos productos y pinturas y realiza un control de calidad de éstas.

Aún no ser mi sector y en un principio creer que había tenido mala suerte, siempre hay que pensar en positivo y encontrar el lado bueno de las cosas. Saber vivir con lo que menos te gusta, potenciando aquello que más y aprender de todo como un reto de la vida.

Aprender que la perfección está en los detalles que no te gustan, pero que son pues eso, detalles al lado de todo lo bueno. Eso es la Erasmus. Adquirir una escala de valores diferente. Personalmente recomiendo a todo aquel que tenga dudas a probarlo. Yo estoy segura que repetiré.

Sylvia Banús